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Complacer, Sobre-adaptarte y la Autenticidad: Una Invitación a Integrar tu Sombra

Cuando somos niños y nuestra personalidad aún se está formando, comenzamos a interiorizar creencias y percepciones sobre cómo debemos comportarnos para ser amados. En realidad, el amor de los padres debería ser incondicional—dado libremente y sin expectativas. Pero muchas veces, los padres cargan con sus propias creencias limitantes, que transmiten sin darse cuenta a sus hijos, creyendo que es lo mejor para ellos.



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Los niños se enojan como una forma de poner límites. Esto no solo ocurre en los seres humanos, sino también en otros animales; es una respuesta natural del sistema nervioso ante una percepción de “peligro”.


Sin embargo, en muchas culturas y familias, ciertas emociones y comportamientos no están permitidos. Así, el niño comienza a actuar de formas que complacen a sus padres y, sin darse cuenta, empieza a construir una versión de sí mismo que agrada a los demás. Ha “aprendido”. Claro está, no todos los niños reaccionan igual: cada persona maneja el estrés de manera distinta, dependiendo de su personalidad y predisposición genética. Naturaleza vs. crianza: ¿nacemos así o somos moldeados por la experiencia?


No somos una hoja en blanco, como muchos creen. En el primer capítulo de su libro The Blank Slate (2002), Steven Pinker critica esta idea. Argumenta que los seres humanos no nacen como lienzos vacíos, sino que nuestro comportamiento, personalidad y capacidades están moldeados por la genética y la evolución—no solo por el entorno.


Algunos niños desarrollarán personalidades agresivas para poder manejar a los demás. Otros se volverán perfeccionistas y excesivamente exigentes consigo mismos. Y otros intentarán alegrar a todos a su alrededor. Pero, detrás de todas estas estrategias hay una misma motivación: ser amados y aceptados.


Y, al hacerlo, comienzan a ocultar su sombra—esa parte de nosotros que no queremos que los demás vean, la que nos avergüenza, negamos y fingimos que no existe… aunque fácilmente la reconocemos en otros.Es esa parte que nos susurra: “Si los demás vieran este lado mío, no me querrían.”

En su obra, Carl G. Jung define la sombra como el aspecto inconsciente de la personalidad que el ego se rehúsa a aceptar.


“Lo que no haces consciente se manifestará en tu vida como destino.”— Carl G. Jung

A nivel inconsciente, el niño desarrolla una personalidad que se sobreadapta y olvida quién es realmente—encubriendo su yo auténtico para convertirse en alguien que agrada constantemente a los demás.


En el año 2012, viví una experiencia muy dolorosa.Fui diagnosticada con cáncer de útero, y más adelante con una recaída en el fondo de saco vaginal.


Recuerdo que, después de la operación, una amiga psicóloga me preguntó:“Luz, ¿has explorado el origen emocional de tu cáncer?”Aunque ya estaba en un proceso de autoconocimiento, en ese momento no le presté mucha atención a su pregunta.

Pero existen estudios que muestran que las personas con personalidad tipo C—aquellas que tienden a complacer y evitar el conflicto—son más propensas a desarrollar enfermedades (Vázquez et al., 2009).


Dos meses después de la cirugía, comencé a sangrar y se lo comenté a mi médico. No lo tomó en serio. Seguí acudiendo a su consultorio para que tratara la herida, y me decía que era solo un granuloma—una inflamación menor por un punto mal colocado.Yo seguí todo lo que decía, ignorando los consejos de mi madre, de una amiga doctora y de personas cercanas.


Siempre he tenido una personalidad complaciente, y me cuesta mucho confrontar. Es algo que he venido trabajando durante años y que aún requiere atención consciente.Por ese rasgo, no insistí en que me hicieran una biopsia para descartar una recaída. El médico me aseguraba que no era nada.


Al no poder expresar mis emociones de forma auténtica—por el programa de infancia que cargaba—seguí sus indicaciones sin cuestionar. Me faltaba inteligencia emocional.Casi dos meses después, tuve un sueño en el que mi inconsciente, mediante un lenguaje simbólico, me dijo tres veces: “Tienes que ir al médico.”


Solo entonces pedí una cita con una oncóloga, quien me dio una noticia devastadora: tenía un tumor recurrente en el fondo de saco vaginal. Ese primer médico—ya sea por terquedad, incompetencia o negligencia—me iba a dejar morir.Y yo, por no confrontar a una figura de autoridad, iba a seguir escuchándolo.

Como consecuencia, recibí 40 sesiones de radioterapia y cinco ciclos de quimioterapia.

Fue una lección tan fuerte la que me tocó vivir, para poder aprender a confrontar, escuchar a mi cuerpo y comprender que los sueños son mensajes del inconsciente que nos llaman a despertar.


Lo que aprendí de niña, en una casa donde mi padre nos pedía silencio para no molestar a mi madre cuando no se sentía bien, me llevó a interiorizar la creencia de que las emociones y los desacuerdos deben reprimirse—que hay que callar y obedecer.

Perdí mi autenticidad, oculté mi sombra y me convertí en una complaciente en distintas áreas de mi vida. Fue entonces cuando decidí formarme como Life Coach y Health & Wellness Coach.Encontré mi propósito de vida—y tú también puedes encontrar el tuyo.

Después de estudiar durante dos años Bioneuroemoción® (método desarrollado por el psicólogo catalán Enric Corbera), descubrí cómo mi cuerpo había estado manifestando síntomas y estrés a partir de conflictos emocionales no resueltos, que no había logrado vincular en mi vida cotidiana.

También integré este enfoque con la inteligencia emocional y el autoconocimiento que ofrece la sabiduría del Eneagrama. Enfocar mi coaching en el empoderamiento femenino me devolvió la confianza y el bienestar emocional.

Hoy tengo muchas herramientas para enfrentar el estrés tanto en mi vida personal como en mi labor como coach.

Salir de nuestra zona de confort y mirar de frente a nuestra sombra es clave para una vida más íntegra y alineada. Como dijo Carl Jung:


“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad.”

La sombra no es buena ni mala—es simplemente parte de ti. Y es precisamente al enfrentarla que encontramos un tesoro que podemos transformar para nuestro bien y el de los demás.


Tal vez te estés preguntando:¿Cuáles son los pasos para conocerte a ti misma?Puedes explorarlos en las sesiones de coaching que ofrezco, donde aprenderás muchas de las técnicas y métodos que yo misma he aplicado en mi proceso.


Herramientas claras y con base que hoy te ofrezco—para que tú también puedas convertirte en tu mejor versión siendo auténtica.

Si te sentiste identificada con mi historia, te invito a agendar tu sesión de coaching conmigo. Construyamos tu camino juntas.

 
 
 

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